La obra de Antonio Navas se basa en la búsqueda constante de contrastes, texturas y colores mediante la investigación de los materiales pictóricos. Para el artista la finalidad del arte está en el impacto que las obras ejercen sobre las personas.
Sus primer contacto con la pintura fue a través del mundo del graffiti. Las diferentes superficies que cubría con aerosol y su interés por generar diversas opiniones marcarán posteriormente su creación artística.
Tras profundizar en el estudio de la evolución del arte en la historia, comienza a investigar los automatismos empleados en el surrealismo. Más tarde centra su atención en la abstracción y, en concreto, en el Action Painting. Las obras de gran formato, los diversos materiales y técnicas serán su mayor influencia, así como el Process Art y su importancia experimental en el proceso creativo.
Cada exposición que visita y cada artista que descubre se ven reflejados en su obra; unas veces temporalmente y otras de forma permanente. Concibe sus creaciones como es una extensión de él mismo que evoluciona, crece, y muere.
La finalidad última de su trabajo es conseguir que se produzca un diálogo entre el espectador y la obra. Pretende crear un juego en el que el observador reconozca los movimientos pictóricos que influyen en el artista y que, a través de la imaginación y los recuerdos, comiencen a hacerla suya. De esta forma, cada individuo tiene una percepción distinta en función de sus experiencias. Por esa razón, sus títulos son órdenes hacia el espectador para comenzar este diálogo.
